miércoles, 11 de febrero de 2015

Yaakov/Jacob El Principe de Dios

Este texto al igual que las dos lecturas anteriores se encuentra ubicada en el libro de Génesis y es extensa en capítulos del 25 al 49 (no continuos), por lo que de igual forma iremos viendo versículos puntuales en los que iremos desarrollando y viendo la vida de este hombre de fe y tercer patriarca. 

El texto anterios vimos la vida de un hombre llamado Itzjak, que significa “Risa”. Por medio de la fe de su padre Abraham y la fe de su siervo llamado Eliezer, consiguieron para él una mujer de los parientes de Abraham llamada Rivká (nieta de Najor hermano de Abraham), ellos se unieron en matrimonio y vivieron en tierra de Canaán como extranjeros unos cuantos años. Pero no todo era color de rosa pues Rivká tenía un pequeño inconveniente: era estéril (Génesis 25:21). Dios entrenó a Itzjak por medio de este problema de Rivka, por lo que Itzjak oró durante 20 largos años a Dios (comparar Génesis 25:20 con Génesis 25:26) para que su esposa tuviese un hijo y así ocurrió, Dios tenía para Itzjak la misma promesa que con Abraham y pasado ese tiempo les dio la bendición de tener su propio hijo y eso no es todo, sino que esa bendición ¡fue por partida doble! Sin embargo, vemos en Génesis 25:22 que estos “bebecitos” aún dentro del vientre de su madre tenían sendas batallas entre ellos y Rivka ya angustiada por los terribles dolores que les causaban estas criaturitas traviesas decidió consultar a Dios por qué ocurría esto dentro de ella.

Leamos Génesis 25:23 “y le respondió Hashem: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.” Por medio de esta respuesta de Dios ya podemos comenzar a ver cuál sería la vida que estos dos hombres llevarían. Dice las escrituras que no sólo hay una nación sino dos, más sin embargo, Dios le anuncia a Rivka con suficiente anticipación que el mayor serviría al menor. Normalmente se acostumbraba en este tiempo que los hijos menores debían servir y obedecer a sus hermanos mayores, pues de esta forma había orden y respeto en la familia, pero Dios en este caso particular haría cosas en las vidas de ambos para que los papeles se intercambien y sea el mayor el que sirva al menor.

Finalmente a Rivka se le cumplió el tiempo y dio a luz, pero vemos que en este parto ocurre un hecho realmente extraordinario en el cual comienza a cumplirse lo que Dios prometió a Rivka cuando le consultó por sus hijos. Leamos Génesis 25:25,26 “Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esav. Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esav; y fue llamado su nombre Yaakov.” Esav nació primero y dice las escrituras que era velludo y rubio y el segundo nació tomando del tobillo a Esav como queriendo impedirle que naciera de primero y ser él el primogénito, por eso lo llamaron Yaakov que significa “Suplantador” o “Usurpador”.

Pasaron algunos años y ya los hermanos eran probablemente adolescentes, dice la Biblia al final del capítulo 25 (versículos del 27 al 34) que Esav desprecia su primogenitura por un simple plato de comida. Esav era diestro para cazar, por lo que podemos asegurar que su contextura física era gruesa y robusta, en cambio Yaakov era varón quieto (y como vemos que Rivka tenía más preferencia por él podemos suponer que la ayudaba en los que haceres de la casa y no era tan robusto como Esav ya que no salía al campo a hacer labores que ameriten gran esfuerzo físico), pero lo que veremos en este fragmento es que hubo un día en que Yakoov hizo una comida y Esav agotado y hambriento por su profesión de cazador le pidió a Yaakov que le diese de esa comida, y Yaakov haciendo honor a su nombre de “Suplantador” usa de su astucia y literalmente “Vende” a Esav un plato de comida a cambio de su primogenitura. Podemos pensar que Yaakov actuó con mala intención, pero esto no es así, ya que en realidad si nos fijamos bien Esav no tenía su primogenitura como algo valioso y la voluntad de Dios se manifiesta no en la astucia de Yaakov, sino en que Esav es quien decide rechazar su primogenitura, pues dice: “He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? (Génesis 25:32)” De esta manera Yaakov ya tiene el derecho de ser primogénito y a partir de ahora Esav y Yaakov intercambian posiciones en cuanto a primogenitura, comenzando a cumplirse de este modo la palabra de Dios dada a Rivka.

Busquemos en la Tora y leamos Génesis capítulo 27. Luego de este hecho pasó un tiempo ya que Itzjak ya viejo y ciego hace una petición a Esav, la cual consistía en que cazara y le preparara un guisado como a él le gustaba, pero Rivka quien oía esto aprovechó para decirle a Yaakob que buscara rápido dos cabritos para cocinarlos y se los llevara a su padre y se hiciese pasar como su hermano Esav.

Podemos ver en este hecho que Rivka estaba proponiendo a su hijo que engañase a su padre, pero esto no fue por maldad ni por ambición humana, sino por voluntad de Dios, pues vimos en Génesis 25:23 que Dios dijo a Rivka que el mayor de sus hijos serviría al menor, y para que esta Palabra de Dios se cumpliese hacía falta que este hecho aconteciera, pues si Itzjak bendecía a Esav la promesa de Dios ya no podía cumplirse. De esta manera Rivka preparó el guisado a Itzjak y vistió a Yaakov con las ropas de Esav, de manera que cuando Yaakov estuvo delante de Itzjak éste lo tocó y lo olió y creyendo que era su hijo mayor lo bendijo. Leamos Génesis 27:28,29 “Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren” de esta manera ya se consumaba la promesa de Dios hacia Yaakov de ser el que recibiese la bendición de su padre Itzjak para cumplir la promesa de Dios hecha a su abuelo Abraham de ser padre de muchedumbre de gentes.

Luego de esto llega Esav inocente de todo lo que ya había ocurrido y con mucha alegría prepara el guisado para su padre y al llegar a él se encuentra con una situación completamente inesperada: Itzjak su padre le dice que ya había venido su hermano y lo engaño haciéndose pasar por él y que ya era demasiado tarde para recibir la bendición. Esav rogó a su padre que también lo bendijese pero ya no había nada que hacer, Itzjak le dijo a Esav las mismas palabras que una vez Dios le dijo a Rivka: “Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás (Génesis 27:40)”. Esto llenó de gran amargura el corazón de Esav, y dice la Biblia al final del capítulo 27 de Génesis que Esav deseó en su corazón que cuando su padre muriese él mismo mataría a su hermano. Por lo que Rivka a tiempo dio aviso a Yaakov para que se fuese a vivir en casa de su hermano Labán hasta que la ira de Esav disminuyera.


Itzjak antes de la partida de su hijo Yaacov le pidió que no tomara mujer de las cananeas, sino que tomara esposa de las hijas de Labán, para así mantener el linaje y por consiguiente mantener la promesa de Dios hacia Abraham. Vemos en el capítulo 28 de Génesis que Dios directamente se encarga de alentar a Yaakov, pues si observamos bien Yaakov utilizó el engaño y la manipulación para suplantar en primogenitura y en bendición a su hermano Esav, su vida corría peligro y además estaba muy lejos de casa, por lo que anímicamente y espiritualmente estaba muy debilitado, por eso en el camino a Padan-Aram una noche Yaakov se quedó dormido y tuvo un sueño el cual consistió en que Dios le confirmaba a él lo mismo que una vez hizo con su abuelo Abraham y con su padre Itzjak, leamos Génesis 28:14-16 “Yo soy Hashem, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Itzjak; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por donde quiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.”

Con este hecho podemos ver dos cosas: la primera es que Dios tenía sus ojos puestos en Yaakov para continuar la promesa hecha a Abraham, y segundo que en los momentos en que tenemos debilidad espiritual y estamos cansados por luchar por mantener nuestra fe, Dios nos alienta y recobra nuestras fuerzas, nos levanta y nos pone de pie para seguir caminando el largo camino que es la vida de fe. De la misma forma que a Yaakov nos sucede a cada uno de nosotros… todos sin excepción estamos en este mundo porque Dios lo quiso así y además todos tenemos un propósito por el cual hemos nacido, sin embargo, podemos ver claramente que no todos los seres humanos saben para qué están aquí en la tierra (basta con conversar con ellos para saberlo), muchos desconocen que Dios tiene un plan para ellos, pero a pesar de esto también es posible ver que hay un gran número de personas que ya sabemos pará qué Dios nos hizo y por qué estamos en esta tierra. No obstante, el saber para qué estoy en este mundo y el luchar para cumplir con ese propósito implica que física y espiritualmente en ocasiones nos agotemos y perdamos fuerzas para seguir y es allí cuando Dios nos da fuerzas como de búfalo y levanta nuestras alas como águilas, para animarnos y darnos la valentía de seguir viviendo como Él quiere que vivamos en este mundo. ¿Amén?

Luego de esta promesa de Dios para Yaakov llegamos al capítulo 29 de Génesis, en el que se narra un hecho bien interesante en la vida de Yaakov el cual representa la etapa de fuerte entrenamiento en su vida. Vemos en este capítulo que Labán tenía dos hijas, Lea la mayor y Rajel la menor, pero dicen las escrituras que Rajel era de hermoso parecer y que Yaakov la amó y la deseaba como esposa.

Para alcanzarlo acordó con Labán trabajar para él durante 7 años a cambio de recibir a Rajel como esposa. Pasados esos 7 años (los cuales parecieron a Yaakov pocos días) Yaakov pidió a Labán a su esposa y este le dio a su hija Lea como esposa. A la mañana siguiente Yaakov reclama a Labán por qué le había dado a Lea en lugar de Rajel, a lo cual Labán responde diciendo que primero se entrega la mayor y luego la menor y que si quería tener a la menor debía “renovar el contrato” es decir trabajar 7 años más para tenerla como esposa.

Antes de continuar quiero hacer un paréntesis para destacar un detalle de gran importancia en esta historia: como ya vimos Yaakov por medio de la manipulación obtuvo la primogenitura de su hermano Esav, la cual además este último despreció; y segundo por medio del engaño Yaakov se hizo pasar por Esav ante su padre Itzjak y recibió la bendición, suplantando así en dos ocasiones a su hermano, pero ahora bien, sabemos que Dios es un Dios que promete y es un Dios que cumple (no tenemos la menor duda de esto), pero también es Dios justo, que hace las cosas como deben hacerse, por lo cual Yaakov de la misma forma que engañó fue engañado, y ahora él estaba viviendo en carne propia lo que significa ser engañado, esto de seguro le sirvió a el de reflexión para no continuar engañando a la gente para obtener las cosas, sino que (y esto sirva de reflexión para nosotros los cristianos actuales) debemos actuar con honestidad y sinceridad en todo lugar y en todo tiempo, y que las cosas tienen un sacrificio y que el engaño y la manipulación son cosas que Dios no aprueba y nos demuestra en palabras como ésta que no tolera que sus hijos e hijas utilicen las mentiras y el engaño para obtener las cosas.

Volviendo al mensaje Yaakov trabajó otros 7 años para Labán y finalmente tuvo como esposa a la mujer que el realmente amaba: Rajel. Labán padre de Lea y Rajel le dio como siervas a Bilha y Zilpa las cuales jugarían un papel muy importante en la vida de Yaakov. Vemos en Génesis 29:31 que Rajel tenía el mismo problema que Rivka mujer de Itzjak y Sara mujer de Abraham ¿Saben de qué les hablo? Era estéril, y por esta causa vemos que hubo gran conflicto entre ella y su hermana Lea, pues ésta última había dado 4 hijos a Yaakov (Reubén, Shimon, Leví y Yehudá) y Rajel sintiendo envidia de su hermana dio a Yaakov por mujer a su sierva Bilha con la cual tuvo dos hijos (Dan y Neftalí), pero en ese ínterin Lea dejó de dar a hijos y por envidia ahora de ella dio a Yaacov por mujer a su sierva Zilpa y ésta le dio dos hijos (Gad y Asher), más tarde Lea volvió a tener hijos y le dio tres hijos más a Yaakov (Issajar, Zabulún y Dina), finalmente después de este arroz con mango de esposas, hijos y siervas, Rajel quien estuvo en todo este tiempo orando a Dios para tener su propio hijo, por milagro de Dios concibió y le dio un hijo a Yaakov llamado Iosef, en total fueron 12 hijos y una hija los que tuvo Yaakov con sus 4 mujeres.

Ciertamente este estilo de vida de Yaakov pudiese parecer para algunos como emocionante, pero a la vez para otros un completo desastre (y en lo personal comparto esta segunda opinión), sin embargo, lo cierto es que todos estos hijos que Yaakov tuvo forman parte de esa promesa de Dios dada a Abraham de tener una gran descendencia, y serían éstos varones los que formarían las bien conocidas 12 tribus de Israel. Cabe destacar que Iosef el hijo menor de Yaakov no formó tribu, sin embargo, sus dos hijos Efraín y Manasés fueron contados entre las tribus (de allí el nombre de media tribu de Efraín y la media tribu de Manasés), pero de todos ellos Dios escogió a uno para continuar su promesa de expandir la descendencia de Abraham, les estoy hablando de “Iosef el soñador” personaje que protagonizará la próxima Lectura 4 en nuestra serie de “Personajes Bíblicos”.

 Posterior a esta tormenta de acontecimientos, vemos en Génesis capítulo 31 que Yaakov había sido prosperado por Dios en cuanto a ganado y posesiones y llegó a ser mucho más rico y poderoso que Labán, a quien Yaakov sirvió durante un período según nos revela Génesis 31:38 de 20 años (7 por Lea, 7 por Rajel y 6 por el ganado), pero por mandato de Dios (Génesis 31:3) Yaakov se va con sus mujeres e hijos a la tierra de sus padres. Pero acontece que mientras Yaakov iba de regreso a la tierra de su padre le tocó enfrentar un problema de doble suplantación que tenía pendiente desde cuando era muchacho: ¿Recuerdan? Ese problema era Esav. Yaakov de manera astuta hizo una estrategia que serviría para aplacar la ira de su hermano, la cual consistía en que envió delante de sí mensajeros que dijesen a Esav que Yaakov iba en son de paz y con cada mensajero envió unos presentes (vacas, asnos, siervos, etc). Pero por temor a Esav, Yaakov dividió el pueblo que llevaba consigo en dos campamentos, de manera que si Esav decidía atacar a uno de los campamentos el otro podía escapar.

Entre tanto, vemos en Génesis capítulo 32 que Yaakov estaba muy preocupado por la situación de peligro que corría su familia y su descendencia a causa del problema con Esav, sin embargo, es muy importante destacar que en este momento Yaakov ya había madurado espiritualmente, y prueba de eso es su actitud de orar fervientemente a Dios (Génesis 32:9 al 12), por lo que esa misma noche un ángel en forma de varón se le apareció y luchó con él durante toda esa noche, y Yaakov no lo soltaba y le pedía su bendición, el ángel le preguntó por su nombre y él respondió Yaakov, pero el ángel le dijo las palabras que confirmarían la promesa de Dios hecha a él, a su padre Itzjak y a su abuelo Abraham, leamos Génesis 32:28 “Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Yaakov, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.”

Vemos en esta palabra que Dios cambió el nombre de Yaakov que significaba “Usurpador” por Israel que significa “Príncipe de Dios”, pero este hecho de cambio de nombre viene de la fe que Yaakov ya había desarrollado con los entrenamientos de fe que había recibido durante su vida, y vemos que Yaakov esta vez luchó en oración cuando le pidió a Dios que le ayudara a resolver el problema con su hermano, por eso el ángel le dijo: “porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido” Yaakov en oración había luchado con Dios (o mejor dicho “junto” con Dios) y con los hombres (en relación a su problema con Esav) y Dios le dio la victoria, pues vemos ya en el capítulo 33 de Génesis que Esav al ver a Yaakob de lejos se acercó a él y lo abrazó y lloraron, y se reconciliaron de la enemistad que desde su juventud tuvieron. Finalmente Yaakov llegó a Siquem tierra de sus padres en Canaán.

En el capítulo 35 de Génesis vemos que Dios se le apareció de nuevo a Yaakov en Bet-el y le confirmó a Yaakov que tendría una gran descendencia “Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. (Génesis 35:11)”. Posterior a esto Yaakov tuvo su décimo segundo hijo varón y lo llamaron Biniamin, pero Rajel su mujer murió en el momento del parto, pues tuvo muchas complicaciones cuando dio a luz (posiblemente alguna infección o alguna complicación clínica que no podía ser tratada en ese tiempo por la evidente falta de tecnología). Desde este momento hasta el capítulo 46 de Génesis no se habla nada acerca de Israel, hasta el momento en que hubo una gran hambruna en Canaán y el junto con todos sus hijos y su ganado van a la tierra de Egipto, donde Iosef su penúltimo hijo era gobernador de ese país y permaneció en ese lugar durante 17 años en donde finalmente murió de 147 años de edad y fue sepultado en la cueva de Macpela, lugar donde habían sido sepultados Itzjak y Abraham.


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